KINDLE AMAZON

martes, 5 de marzo de 2013

ROJO

Es más una sensación que un color, es un derrame de muerte, pero a la vez es un derrame de vida. El rojo en sí es una controversia militante, un agudo grito de justicia dentro de la injusticia, es cada gota vertida por una idea, por una quimera e incluso por un accidente.

No es gratuito que la sangre sea roja, como no lo es que el dinero no tenga color.

El rojo ha de verterse con sumo cuidado en el lienzo, contando sus gotas, a tal fin el escribidor no lo vierte con pincel, lo vierte con cálamo, pero sin tocar la tela,  aproximándose a ella,  como se aproxima ese orgasmo soñado,  como un ahogado que nunca llega a la costa. Una carga de deseo que por tal nos gustaría que nunca acabara.

Y recorriendo el lienzo, recuerda, color piel, pero sin tocarlo,   va describiendo imposibles trazos que de rozar la superficie no tendrían lugar, regueros como hemos dicho de vida y de muerte, ora una gota, ora un afluente, ora un pequeño mar interior de bordes abultados, sin vibraciones, sin vacilaciones.

Así trazo a trazo, el escribidor va escribiendo en el lienzo sus sentimientos y cubriendo con sus venas los caminos que aun en sueños quisiera recorrer, sueños dulces, sueños duros, sueños vertiginosos, como ese giro,  justo en el borde antes de derramar su sangre, que irremediablemente une lienzo y suelo al caer con sosiego,  en un esfuerzo mudo que se sale del cuadro.

 Se para, observa el conjunto, ya solo le queda un color, su familiar por utilizado, negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario