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miércoles, 20 de marzo de 2013

Hace 10 años.......................

Hace diez años escribí, este, ¿cómo llamarlo?, ¿grito? Comenzaba la guerra de Iraq, con todo lo que ha conllevado de muerte, pérdida de derechos humanos, hambre, desplazamientos, dolor. Leí un árticulo de Saramago y salió esto. Hoy en día no ha cambiado nada, todo está peor que cuando Sadam estaba en el poder, pero el petroleo es de otros,  que se han enriquecido con la sangre ajena. Los causantes, están cobrando pensiones y reconocidos por todos, algunos aún en el poder. Por todo ello este grito es necesario diez años despues, y quiero dedicarselo a D. José, el viejo amigo Saramago.

SALIM

«¡Corre Salim, corre!», resonaría en sus oídos. Si pudiera resonar en los oídos de nadie el silencio del desierto, la voz de Ella y de Ellos, los que fueron su mujer y sus hijos, le gritarían: ¡Corre Salim, corre! Pero Salim no quiere correr más. Correr ¿para quién? Correr ¿por quién? Correr ¿para qué? Salim cae de rodillas y clava sus manos en la arena, como cuchillos que buscan perderse en carne ajena para no ser testigos de su propio crimen. Y Salim llora. Una lágrima, una simple lágrima abre un surco en su rostro de linaje antiguo, lejano como los sumerios, guerrero como los caldeos. Su lágrima está habitada, una pequeña vida despierta entre el agua y la sal. Si Salim tuviera un microscopio, -pero no es lugar el desierto para microscopios-, todo en él sería grande y desolador. ¿Dónde colocaría Salim el aparato para, en un porta imaginario, ver la parte de vida que brota de él? Si lo tuviera, como licencia que nos permitiéramos, vería una diminuta bacteria alimentándose del hidrógeno de su lágrima, mientras aumenta el continente de oxígeno de la misma, en su vivir subsidiario, y mostraría el microscopio
-vetado en parajes tan inhóspitos-, como comería hidrógeno y excretaría oxígeno, y en su comer y excretar se ahogaría en sus propio estar.


Salim, inconscientemente, acude en su ayuda, y otra lágrima surca de nuevo la ruta en dirección a la anterior, dentro de ella, y si con el microscopio, tan deseado, contáramos, otra bacteria, de diferente familia, de diferente clan, de diferente linaje, pero con el común de la vida con la anterior, digeriría oxígeno y excretaría hidrógeno, ¡Qué diferente de la anterior y que necesaria! Así una comería de lo que la otra tirara. Pero las dos gotas se encuentran a unos centímetros, poco para una guerra, poco para una bomba, poco..... o quizás mucho; ellas son bacterias.



Salim se levanta da un paso y pisa la mina, la estirpe de caldeos y sumerios salta por los aires en forma de nube falsa y milagro del azar, del destino o del caos. Las dos lágrimas se funden, las dos bacterias se miran y saben que la vida de una es la vida de la otra, se vuelven a mirar y algo nace,... ¿Será amor? Tu muerte y tu vida en la carrera darán lugar a que otros vivan ¿Lo entiendes ahora, Salim?





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