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martes, 19 de marzo de 2013

AÑO 2221

Año 2221

Como resultado de la fracturación de la atmósfera, la Tierra se encuentra amenazada por la pérdida masiva de oxígeno y la consiguiente muerte y extinción de todas las especies, que hasta hoy acogía este planeta. Prácticamente todos los laboratorios del mundo se afanan en el esfuerzo de encontrar la solución a las continuas roturas de capas de toda la estructura atmosférica.



Mientras en un pequeño laboratorio de la Cuenca del Rhür se está llevando a cabo un experimento que corre por otros derroteros.........



Diario de experimento az3246-0123.



Después de 3245 experimentos y sus consiguientes 122 variantes, procedemos a someter a la cobaya, un mono Resus macho de 2 años de vida, a la variante az-0123, del nuevo intento con numeral 3246.



Como en procedimientos anteriores hemos comenzado por ir rebajando las cantidades de oxígeno en sangre, esto hace que el individuo como efecto secundario pase a ser estéril, lo cual no seria problema a priori ya que la población de especies en el planeta es suficiente, sin tener que recurrir a la reproducción de las mismas, aparcado este problema, hemos pasado a ir reduciendo paulatinamente la ingesta de oxígeno en el sistema respiratorio del individuo de referencia.



Como primer síntoma, pierde la agresividad y la competitividad por la alimentación, se deja manipular fácilmente y no resulta peligroso interactuar con él fuera de la jaula. Con lo que procedemos a extraerlo de la misma y manipularlo sobre la camilla. Parece que con el ligero aumento de las ya, de por si, muy mermadas dosis de oxígeno en sangre, el individuo puede empezar a realizar funciones sencillas y con bastante dosis de éxito en su ejecución.



Al ritmo de las actuales disminuciones-aumentos, pronto podremos estimar la cantidad necesaria de oxigeno en todos los seres vivos, para que al menos sean eficientes en sus funciones. No obstante con posterioridad habrá que experimentar en todas las especies con el fin de adaptarla a cada sujeto de control.



Terminó de apuntar en el diario de control, el joven Hans, retirando la mascarilla que cubría su cara, se enjugó una gota de sudor que surcaba su ceja izquierda. Su jornada tocaba a su fin,  otro largo día, agotador por la falta de oxígeno, agotador por la jefa que, con doble ración de oxígeno, se paseaba entre las mesas vigilando con mirada de suficiencia el trabajo de todos y cada uno de sus becarios.



Antes de cerrar su diario de control se dirigió a la odiada jefa de laboratorio:

- Frau Merkel por favor, que nombre le ponemos al Resus con el que hemos estado trabajando.



- Uhmmmmmmmmmm, murmuro la aludida, tiene color de cobre, llámale Chipre...............



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