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miércoles, 20 de febrero de 2013

SE LLAMABA MANUEL, NACIÓ EN ESPAÑA

Entró por urgencias, su cuerpo, al parecer incólume en su exterior, mostraba síntomas de muerte anunciada.



Gritos, carreras, enfermeras, médicos, hasta limpiadoras barriendo por donde corrían todos empujando la camilla. En este punto hay que hacer constar que el hospital no era todavía de gestión privada, ya que entonces diríamos: médico, enfermera y nada más.



Todos arracimados alrededor de la cama, conectando cables, tubos, catéteres, sondas, sueros, seguidas de pruebas de urgencia, que de nuevo, permítaseme recordar, en un hospital de gestión privada no hubieran tenido lugar.



Dos horas después, diagnóstico, los médicos más ancianos, alguno familiar directo de Galeno, dieron su veredicto, extrasístole ventricular, actividad cerebral cero y no responde a ningún estimulo externo, es decir un vegetal con fallos cardiacos, comentó el medico residente que llevaba esperando 20 años esperando para ser adjunto del titular.



Ni que decir tiene que todos lo miraron con desprecio, ya hemos dicho que era residente de 20 años, no que tuviera 20 años, algo que se había conseguido con la reforma laboral, antes la residencia eran 3 años, pero la ministra Mato, (curioso nombre para una ministra de la Salud), decidió que para una mayor formación, con más años de residencia su preparación sería mejor.



Tratamiento: Los vástagos ajados de Galeno, como es acorde con su contemporaneidad, abogaron por las sangrías regulares, que amen de apaciguar el extrasístole ventricular, les proporcionaría gran cantidad de sangre, que en un hospital de gestión privada, como sería en el futuro el centro de referencia, tendría un precio de mercado que repartido a tocateja y sin tener que declarar abultaría sus emolumentos mensuales.



Los Residentes de 20 años de profesión explicaron, pausadamente, algo que a nosotros también nos vendrá bien, en que consiste el dichoso extrasístole ventricular: al parecer es un latido que altera el ritmo normal del corazón y que resulta como una convulsión en el sistema al restarle fuerzas y poder provocar un paro cardiaco en cualquier momento.



Por lo cual desaconsejaban el método de las sangrías por sanguijuelas, método este que se volvía a poner en funcionamiento al prever la próxima reconversión del centro en hospital de gestión privada, así únicamente había que hacer vomitar a las sanguijuelas, dándoles a comer el futuro menú de gestión privada, (no se si lo he mencionado, lo de la gestión privada) y recuperar su sangre para ponerla a la venta, como ya hemos anunciado con anterioridad.



Los residentes de 20 años, que por cierto tenían 50 y 60 años, escandalizados se echaron las manos a la cabeza, clamando por la salud del vegetal extrasistólico ventricular, quien quizás había llegado a esa patología, al dejar su cerebro de funcionar o no haber funcionado nunca, epidemia que cada día se daba más en el hospital, convirtiéndose su corazón en el órgano primordial de su organismo, trabajo que no pudo llevar a cabo, ya se sabe que “la razón comprende razones, que el corazón no entiende…...”



Este hombre se ha dejado llevar por su corazón, dijo un residente, que como el corazón de una nación ha cometido todos los excesos que se pueden llevar a cabo, a acumulado grasas, que ha restado al resto de organismos y ahora sangre al necesitar más para su ritmo desacompasado y acelerado. Y es que todo tiene un límite, hasta el centro de poder del cuerpo, versus corazón, este al creerse primordial, resta sus energías al resto de órganos del cuerpo en una sangría que puede llevar a la “corrupción” propia y del resto, por su falta de ritmo y su insolidaridad biológica, pero es lo que tiene el ser humano, es lo que tiene el cuerpo humano que si hay algo, es para él y nunca tiene suficiente.



Ni que decir tiene que las extrasístoles ventriculares aumentaron a la medida que ventrículos y aurículas, desde sus “escaños”, perdón, sus lugares intraculares siguieron sangrando y sangrando al inánime cuerpo, que ya conocemos desde el ingreso.



En esto llego la circular por los Galenistas esperada, ya eran hospital de gestión privada, primera visita médica al inánime, diagnóstico: Ya no le queda sangre, entre las sanguijuelas y el esfuerzo cardiaco se ha quedado seco, desenchufarlo y mandarlo a la morgue.



Se oye una voz gutural: es miércoles, 20 de Febrero, doce de la mañana, El Estado del Cadáver es muerte clínica., su nombre era…………………… al final del pasillo donde una triste enfermera, en un control, que atendía a 50 enfermos, tenia puesta una radio donde sonaba una canción de Serrat: “…………….Se llamaba Manuel y nació en España……………”

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