La abadía desgranaba las campanadas, con un cadencia lúgubre, acentuada, quizá, por la nocturnidad que anunciaban; en consonancia con un cielo sin luna que, regularmente, como acompasando el oscilar del badajo eclesial, lo iluminaba todo por efecto de la tormenta eléctrica que se comenzaba a acelerar.
Los saúces pararon su llanto, al no poder dejar caer sus lágrimas sobre las lápidas bajo su custodia, por efecto del viento que elevaba y arrebataba sus ramas; que llorar para que se lo lleve el aire ahoga todo sentimiento.
Mis torpes pies tropezaban, sin cesar, con los túmulos de piedra, como en un juego cibernético en el que él personaje ha de recorrer un laberinto inventado con los ojos vendados. La única luminaria ocasional venía precedida por un trueno, que ponía sobre aviso los sentidos en la tarea de dirigir mis pasos.
Miedo líquido recorría mi espalda, no acertaba a comprender que pintaba yo allí. Mis últimos recuerdos una cama mullida, respirando el perfume del cabello de mi compañera, envuelto en un edredón amoroso, hasta mórbido (en su original italiano). Y de pronto allí, solo, recorriendo un paisaje desconocido y porque no decirlo harto inquietante, sin rumbo y a la deriva.
Todos los sentidos agudizados como si la vida me fuera en ello y ciertamente, quizás me iba en ello. De pronto un rumor, unos leves pasos a mi espalda, de pies pequeños, acostumbrados a correr y a esconderse. De soslayo, únicamente, una sombra, resguardándose tras un ángel armado con una enorme espada, a caballo sobre una cruz y todo iluminado por un relámpago, tan efímero como la visión.
Acelero mis pasos, tropiezo de nuevo y esta vez caigo, caigo sobre un suelo limoso, habitado por hierbas salvajes con olor a muerto; cada uno es lo que come, y ellas comen eso, muertos, cadáveres de mujeres, de hombres, de niños, cadáveres de aprendices de humanos que descansan, en función de la iconografía que portan sobre sus lápidas, en espera de un juicio final que no encontrará apelación en tribunales de superiores instancias, donde arderán, purgarán o disfrutarán de la eternidad ganada en virtud de sus acciones en vida.
Acelero mis pasos, tropiezo de nuevo y esta vez caigo, caigo sobre un suelo limoso, habitado por hierbas salvajes con olor a muerto; cada uno es lo que come, y ellas comen eso, muertos, cadáveres de mujeres, de hombres, de niños, cadáveres de aprendices de humanos que descansan, en función de la iconografía que portan sobre sus lápidas, en espera de un juicio final que no encontrará apelación en tribunales de superiores instancias, donde arderán, purgarán o disfrutarán de la eternidad ganada en virtud de sus acciones en vida.
Otro rumor, nuevamente, ¡esta vez si he visto algo!.......... es pequeña, regordeta pero de veloz carrera, trotando de lápida en lápida, saltando de cruz en cruz y con una sonrisa maligna acorde con su murmurante sonido.
Corro, corro de manera desaforada, esta vez no beso el suelo como un pontífice de visita a continente olvidado, en revista ecuménica, esta vez beso en mis caídas, lápidas, letras, cruces, jardineras, me clavo espinas de rosas secas, depositadas en momentos de dolor y que el tiempo ha secado como los sentimientos de quien las depositó; tropiezo y tropiezo y vuelvo a tropezar, el miedo ya no es líquido, es sólido, es gaseoso, se incrusta en mi piel y de pronto al volver la esquina de un panteón, con un muñeca en la mano, me encuentro a mi aparición, recitando una canción que aunque oída, no puedo recordar, pero la música no suena, su voz no es audible, solo surgen imágenes sueltas, imágenes de gaviotas voladoras sobre un cielo de profundo azul, y por fin con el último relámpago contemplo con terror su rostro y no tengo dudas, se quien es…………………., es ella…………….., todo cuadra, es ……………………………LA NIÑA DE RAJOY, ABANDONADA POR SU PADRE, QUE BUSCA CASA DE ACOGIDA.
Que no va a encontrar, por supuesto ya que el presupuesto se ha reducido en un 7O%....................... SI HACE ESTO CON SU HIJA QUE NO HARA CON NOSOTROS. Al fondo un relámpago ilumina mi folio, luego la oscuridad de nuevo.
Que no va a encontrar, por supuesto ya que el presupuesto se ha reducido en un 7O%....................... SI HACE ESTO CON SU HIJA QUE NO HARA CON NOSOTROS. Al fondo un relámpago ilumina mi folio, luego la oscuridad de nuevo.
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