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lunes, 15 de julio de 2013

De locos, leyes y opinion

Dicen que la justicia es ciega, se limita a portar una balanza en una mano y una espada en la otra, al parecer, la venda en los ojos es para no verse, (valga la redundancia figurativa), influenciada en sus decisiones. Pero yo me pregunto: ¿ha de ser ciega o ha de ser sorda?

Me explico: si es ciega, se hurta a todas las evidencias que ante ella se presentan, no las tiene en cuenta al no poder verlas, mientras que si es sorda, lo será tanto a los argumentos, como a las influencias u ordenes, que hoy por hoy, dada la muerte, física y simbólica, de Montesquieu, se hacen equivalentes.

¡La Justicia ha muerto, viva la injusticia! Gritaremos por las calles, enarbolando carteles, donde con los ojos tapados, su balanza vencida hacia la derecha, (en este caso), su sudario blanco y su espada, en este caso, caída, en virtud de su muerte anunciada.

No nos interesa la justicia, ya que a nadie le gusta que le juzguen, pero siempre queremos que juzguen a los demás, es más, nosotros mismos los juzgamos, sin tener en cuenta que somos más ciegos y sordos que ella, solo nos alimentamos de los susurros y los destellos que quieren que percibamos. Tenemos opinión de todo, pero no tenemos información de nada.

Nos confunden con juicios “populares”, que en nuestros lares hacen de un “loco”, para la justicia un cuerdo que mata a sus hijos y luego los quema, sin más pruebas que litros de gasoil, pastillas ansiolíticas, pilas de madera y huesos chamuscados de revuelto de hoguera, madre descorazonada y padre de perfil sicótico, pero a decir de excelsos doctores, totalmente sano.

Y es que a la opinión pública, hay que darle lo que pide y aquí pide venganza por la desaparición y crimen de dos niños.

¿Qué pasaría si en unos años, aparecen estos niños, a los que el pobre loco vendió, regalo o escondió en lugar desconocido? Seguramente una nota en la prensa en pequeñito y en una esquina, donde someramente se dará cuenta del suceso.

Un loco, si un loco, que seguramente ha matado brutalmente a sus hijos, ¿pero que justicia podemos esperar de un poder judicial que se lava las manos y pasa la decisión a gente seleccionada, pero no por sus conocimientos, si por las conveniencias de defensor y fiscal y que solo se les exige saber leer y escribir?

Si queremos una justicia que ejerza como tal, nosotros no podemos ser ciegos, ni sordos, ya que nos hacen cargar con una responsabilidad, por la que no cobramos y para la que no estamos preparados.

Pero si es el caso, habrá que atenerse a las pruebas y a las leyes y estas nunca se pueden basar en suposiciones.

Hubiera entendido mejor que la madre de los niños vaciara un cargador en el puto cerebro enfermo de su marido, en medio de la sala, que la lectura de una sentencia en la que todo son conjeturas y suposiciones.

Eso si a Rajoy le viene bien, se habla menos de la correspondencia, “tan poco relevante”, (continuando con lenguaje jurídico), que ha mantenido con su querido Bárcenas.

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