Unos dicen que es leyenda, otros dicen que es verdad, va de boca en boca. Hasta cabe pensar que puede que suceda, o lo mismo ha sucedido ya.
Para los que no conozcan Gaza, es un territorio largo y estrecho, tanto que franja lo dan en llamar; algo así como barras de banderas. Esas barras, que en ocasiones, no solo reciben el color de los territorios que representan, uniéndose a la paleta del pintor, el color del sudor, de la sangre y la muerte de los en ellas representados. En el caso de Gaza las franjas eran dos, verde y negra, muerte y falta de vegetación, enfrente azul y blanco, pureza y glorificación. Unos eran enterrados en fosas sin caja, otros con todo el honor. Con el fin de los entierros, un día la franja brillo, al fin las banderas ya no luchaban, las noches volvían a ser oscuras, sin gritos de fuego cruzado, sin luces de alguna explosión.
Plumas de bolsillos surgieron para firmar, por fin, paz y amor. Mientras los niños, ajenos a todo, corrían tras el balón. Hoy gran partido les espera, partido amistoso entre dos Gazas, que a partir de ahora vivirán con un mismo color. Veintidós niños iguales, hijos de los mismos padres, hasta ahora divididos solo por odio y dolor, y ahora solo divididos por camisetas de diferente color, se enfrentan hoy como amigos, dará igual vencido y vencedor.
La pelota llego en barco, un regalo procedente de la Unión, aquella que también vivió guerra, enfrentados blancos y negros por el dominio, también absurdo, del mando que da el color.
Hamet corre hacia ella, Aarón intenta en un regate robar, a aquel, el balón, pero el balón, no es balón, que el yanqui lo truco por bomba masiva de destrucción. El yanqui no quiere paz, el yanqui ama las franjas que separan pueblos, banderas y gentes, quiere negocio de armas, quiere muerte fuera de casa , que el mal del extranjero es dolor, pero dolor ajeno.
Hamet y Aarón, en pedazos, aún sienten y respiran en sus pieles bajo el mismo sol, milagro de Ala para unos, de Jehová sea quizás. Ambulancias, médicos, bisturís, gasas, luces, horas y horas, manos y manos en unión. Resultado de cortes, injertos, sustituciones, bay-passes y dolor, de los dos niños surge uno, solo uno, será llamado Hametaarón. No pudieron salvarse ambos, de los dos, los médicos, pudieron uno entresacar, será símbolo de sus pueblos, se dará por fin la unión. Ni Dios pensó en su día que era tan fácil la solución, él solo sabe hacerlos unidos, pero no sacar uno de dos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario