Mi familia ya es casi nada, me refiero a los de sangre, que tengo más familia, que sin compartir hélices “dexosirribonucleicas” han sido y son más familia que la “adeneal”; que deciros de mi tía, más cabezona que un sargento de caballería, con una escopeta descargada, cargando contra todos los sioux de Jerónimo.
Pero la quiero, no por ADN, no por hélices, y es que ella me cuida, se que material y anímicamente soy lo único que le queda. A veces pienso que cuando esté enferma va a ser una carga, pero rápidamente lo descarto, no diré que me encantará estar horas al lado de su cama, pero estaré, ¿por que?, porque se lo merece, porque ha sido como mi madre, y yo creo que me ha querido y me quiero tanto o más que lo hizo mi madre.
No, no es una salvajada, mi madre no gustaba de niños que ya tuvo que criar a cinco hermanos con doce años, después de la guerra, cuando metieron a mi abuelo en un campo de concentración, según rezaba la condena que me refería ella, (mi madre, que estuvo en primera fila en el juicio), “por no encontrarle culpabilidad demostrada se le condena a doce años y un día en un campo de concentración en Melilla”. Mi abuela estaba enferma así que mi madre cargo con cinco hermanos, de los que murió uno, y los crió, cuando ella lo que tenia que haber hecho es jugar y ser feliz.
Por tanto no es extraño que no quisiera ver un niño ni en pintura, quizás por ello yo no sienta ternura por los mismos, de lo que se come se caga, perdón por la expresión, pero es que hoy en día los niños más que tenerse se cagan, es una necesidad fisiológica más. Pero ¿se imaginan lo que es convivir con tu mierda para toda la vida, no poder tirar de la cadena al terminar la faena, no poder hacer que huela bien, que sea presentable, que sea algo el día de mañana, más allá del compost de abono jardinero?
Afortunadamente hay gente que caga rosas, pero son los menos, es lo que tiene la fisiología homo, es lo que tiene la fisiología sapiens y es lo que atesora el doble, la sapiens, sapiens. Es más algunos, (y que no se de nadie por aludido), adoptan la mierda de otros, en el convencimiento de poder hacer que huela a rosas.
Pues bien mi madre no quería mierda suya, ni de otros, pero nací yo, un mes antes de tiempo, quizás por miedo a que me cagaran, preferí salir por conductos naturales. Afortunadamente he sido el raro de la familia, otro tipo de mierda, pero eso si para mi tía como si fuera una Bécquer renacida, soy “mierda enamorada” la echaré mucho de menos, cuando no esté, pero ahora me saca de los nervios, es lo que tiene la familia.
Por eso no me extraña que mientras Xabú el cazador de elefantes esta convaleciente, con su cadera de duro aluminio pagada a escote, su esposa no esté más de 20 minutos con él, mi padre a pesar de gustarle los niños, yo no le gustaba tanto, sería por el olor, era igual, solo que no tenia escopeta. He tenido primos tan tontos que se han dado tiros en el pie y el padre del tonto de la escopeta, mi tío, lo echaron de Santana, la de coches, por robar, ósea como Urdangarin.
Visto así esto, ¿que diferencia nuestras familias de la de “ellos”?, las pelas y su impunidad, ¡mientras esto no lo arregle la educación!, que por cierto ya son porqueras, 40 niños por clase, como un gran inodoro, cada uno con sus olores y sus composiciones o descomposiciones permanentes, y con un solo limpiad@r de baños, esto no lo arregla nadie.
Ya lo decía el Sr. Anguita, educación, educación, educación y si los padres no son capaces, pues se les expropian los hijos. ¿No lo hacen en Argentina, pues lo mismo?
Aunque aquí nos han cogido con el pie cambiado, porque digo yo, si nosotros la hubiéramos nacionalizado antes, me refiero a la filial de Repsol, hoy tendríamos menos crisis y no nos pegaríamos con nadie, pero como la vendió Aznar, junto con Telefónica, Iberdola, Gas Natural, Endesa, Fenosa , etc. Se ve que no podemos, así que se han quedado con nuestra mierda, que no nos engañemos, mucho hablar del yacimiento de “Vaca muerta”, pero ni Repsol, ni la filial tienen tecnología para explotarla y se la iban a pedir a la Chinos, que por otra parte son dueños de media Argentina.
Como decía mi abuelo que era gallego: “Mira hijo lo peor que puede haber, amen de un gallego, es un argentino, que son mezcla de sudamericanos con gallegos”. Quizá el anciano oráculo tenia razón, pero me quedo con mi abuela Olvido, que así se llamaba y a la que siempre recuerdo: “Hijo mío a “vaca muerta” cebada al rabo”
Ah y a la Repsol que le den por el culo, ¿no estamos en una economía de mercado, pues si quiebran lo siento por los mercados y los inversores?, la verdad es que no lo siento me alegro, aunque otros chorizos, estos argentinos vayan a sacar tajada que en nada llegará a su pueblo, se lo comerán los Kisner sus colegas y los chinos. Es lo que tiene el capitalismo, otra vez Olvido: “que no quieres caldo, pues dos tazas llenas”
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