El domingo es un buen día, te levantas con calma te pegas unas porritas en el bar del barrio, con la parienta y chano chano, te diriges al centro de Madrid, andando por afición, pero a la vez por obligación, al recorrer las calles a trotecillo gorrinero, miles de madrileños adoptivos casi todos, algo que me da igual, yo soy ciudadano del mundo y me da igual de donde vengas y a donde vayas.
Por eso al leer de refilón en el quiosco de prensa el “negro ya es legal” me imbuyó una alegría que en compañía de las porras hicieron que mi digestión, últimamente muy trasgredida y torticera (me encanta la palabra, es como una especialista en tortillas de mentira) se regulara como por toque de firma de Convenio Laboral entre partes antagónicas.
Con esta alegría intrusiva y digestiva, nos dirigimos al Retiro, donde por la radio habían anunciado una exposición en la Casa de Vacas, que por cierto era inexistente, pero antes para ello tuve que atravesar un par de perímetros fraccionados en dos hileras gusaneras de corredores sudorosos que derrochaban energías a manos llenas para conseguir una ¿meta?
En ocasiones sus mujeres o parejas los esperaban jaleándolos y animándolos en tan sudoroso y doloroso periplo. Diréis que siempre pienso lo mismo pero ¿esas energías, esos sudores, ese polvo que levantan, no estaría mejor aprovechado un domingo por la mañana entre las sabanas que han soportado toda la semana el sudor falto de sexo?: ¿No sería mejor para su estado de animo y por ende el mío, que en lugar de correr mesnadas de personas por calles huérfanas de coches y preñadas de polución, no echasen esas poluciones, otra acepción de la palabra, en sus respectivas parejas, con los gritos de pasión, mordiscos y demás penetraciones que recordarían a Pipi, la procedencia de su intelectual esposa.
Pues no, ellos habían decidido correrse en la calle delante de todos y para goce de nadie, porque no nos engañemos quien puede gozar corriendo 42 kilómetros si no tiene que anunciar la victoria de Maratón.
Bueno después de sortear a corredores a lo bravo, no había forma de pasar, nos encontramos con un anciano que como lagarto preñado tomaba el sol y miraba, con desconfianza apoyado en su garrota, el ir y venir de dorsales pegados a camisas sudorosas encastradas en túneles de aplaudidores profesionales, que lo mismo aplauden a un cadaver que a un heroe. No resistí la tentación y le pregunte: ¿Qué le parece amigo?
- A mi bien, me respondió- ¿pero esto quien lo paga?
Pregunta esta clave y más para un pensionista, me confesó que tenía ochenta y tantos y que salía a tomar el sol con tranquilidad, tranquilidad que se veía velada con tanto frenesí.
Le explique que a priori lo pagan los corredores y las marcas patrocinadoras, pero que los gastos de asistencia medica, policía municipal y gastos que generan los cortes de tráfico, lo pagábamos los ciudadanos, es decir el Ayuntamiento. No quedo muy contento con mi explicación. Seguramente hacia cálculos de cómo iba a repercutir ello en su pensión.
En esto tope con un suplemento de economía de un periódico dominical, esos de color naranja que invariablemente todo el mundo tira nada más comprar el periódico, que de este interesa el tique de la película de Disney, el de la cubertería, el del tablet y el de la vaporeta que tras un año de cupones será suya.
Cual fue mi sorpresa al comprobar que al inferir con anterioridad que el “negro ya era legal” no se referían a los habitantes de pateras que recorren el mar mediterráneo, para llegar a nuestras tierras, quedando en África el 70% de los voluntarios como pasto de reserva animal, ni se refería a otros de piel también oscura que vienen de todas partes del mundo, para buscar un poco de bienestar, para encontrar un mejor medio de vida en suma.
Se referían al dinero negro, es decir, el dinero no declarado, por el que tendrán que cotizar para legalizarlo un 10% de su importe. Esto es dinero en paraísos fiscales resultado de trafico de armas, de tráfico de drogas, de prostitución, de redes pederastas, ………………… y solo cotizando un 10%, la mayor puesta en escena de blanqueo de dinero, que ni en sus buenos tiempos pudo soñar Alcapone o Corleone y todo de un gobierno como decía mi padre de “gente de orden”.
Para que yo me entere, a los trabajadores nos hacen el despido más barato, tenemos 5 millones de parados, las viudas al morir el marido ven su pensión reducida en un 60%, las listas de espera en Sanidad llegan a los 6 meses, cada vez tenemos menos profesores que hacen más horas, y vienen estos y premian a traficantes, proxenetas y pedófilos para conseguir lo que los ricos llaman Cash, es decir, algo que estaban haciendo los bancos cobrando por blanqueo el 50% del capital aportado, llega un gobierno y como en unas rebajas de Golfeo primaveral lo baja al 10%. Pero como me dijo mi contrária siempre tan avezada:
-Es lógico, ¿quienes son los que tienen esos capitales de procedencia dudosa? pues ellos, los legisladores.
Se me volvió a joder el desayuno que tan bien iba trasegando y con ganas de tomarme un café y fumarme una pipa me tuve que ir a casa, ya que aunque sea increíble sigue prohibido fumar en lugares públicos. Y dicen que no existen mundos paralelos, lo malo es que se superponen y están en este.
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