Hay desayunos con diamantes y desayunos estragantes, no busco la rima, busco el sentido, el sentido de los actos, de los tuyos de los míos, de los de más allá y………………….. en ningún caso los encuentro.
Será el sueño que produce acostarse tarde, tomar excesivas cervezas, compartir cena llena de triglis y colesterinas, exacerbarse en discusiones fuera de lugar y de sentido en eso que llaman cena de amigos.
Con los años deberíamos ser más permisivos, más comprensivos, en ningún caso tolerantes, que tolerar es como mirar para otro lado cuando alguien hace algo que no es admisible.
Y es que todos tenemos derechos que nacen en función de no entrar en conflicto con otros derechos. Es decir no podemos ser tolerantes con el aborto, ya que si alguien decide llevarlo a cabo no esta menoscabando ninguno de nuestros derechos, el cuerpo es suyo, la decisión es suya, y la existencia del hijo o la inexistencia del “nohijo” es cosa suya, ella/el lo van a cuidar, educar, van a dedicarse a él, ellos deciden si lo han de tener.
En esta sociedad tolerar es mirar para otro lado cuando alguien roba, cuando alguien viola, cuando alguien mata, cuando alguien, esto más corriente, salta sobre los derechos que se han ganado tras años de sacrificios y lucha.
Antes todo estaba más claro, las cosas eran azules o rojas, hoy los colores lo confunden todo, en este arco iris existencial, se mezclan los colores, versus ideologías, como Pollock en un lienzo aleatoriamente, siguiendo únicamente el dictado de los fractales, otra vez los fatales-fractales.
Antes tu me querías y yo te quería, por lo que eras, por como te comportabas, hoy ya cabe el aprecio, el apego, el menosprecio, el altiprecio, todo tiene un precio, tu desarrollaras sentimientos en mi, o en ti, en función de mi tolerancia, de nuestra tolerancia. Pero tolerar no es forma de amar, es forma de soportar mirando para otro lado.
Desgraciadamente no soy tolerante, y desgraciadamente, por ello, terminaré solo, eso si echándoos mucho de menos.
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