KINDLE AMAZON

martes, 19 de junio de 2012

LA ATLANTIDA Y ARQUIMEDES

Seguramente era un día de sol, sin nubes, solo con azucaradas lenguas en el horizonte que no presagiaban, en ningún caso, el destino que les deparaba. Los Atlantes, que así se llamaban los habitantes de aquella, isla, continente, ínsula, península, archipiélago  o trozo de tierra que flotaba sobre el mar, que nadie especifica realmente la naturaleza, ni extensión del territorio al que hacemos referencia, se preparaba para un día más.

Platón nos habla de ellos, como unos seres especiales y con una gran cultura, pero claro el término cultura acepta muchas acepciones, valga la redundancia, ¿cultura del dinero, cultura del cuerpo, cultura del espíritu, cultura de verdad, de la que se adquiere con educación y respeto? A saber, es lo que tienen las incógnitas que hasta su signo confunde,  retorciéndose sobre si mismo para arriba, al abrirse, para luego dispararse al cielo, pareciendo que nos invita a una ascensión sin límites,  que se nos ve vetada por un punto fronterizo. A diferencia de las interrogaciones cerradas que se curvan sobre si mismas en sentido contrario, aunque afín a las agujas del reloj,  para luego dispararse hacia abajo, hacia un abismo sin sentido que se ve, a su vez, también retenido por un punto a manera de salvación. En suma,  el camino encerrado en una interrogación,  pasa de lo esperanzador a lo terrible, pero claro al fin o al cabo es una pregunta sin resolución inmediata y quizás imposible, que son las que realmente estremecen.

Pues bien la vida de estos misteriosos Atlantes es ignota, para nosotros claro está, pero el caso es que aquel día, su isla, continente, península, ínsula o arrecife, comenzó a hundirse, sin una razón clara, sin un motivo concreto. Parece lógico pensar que todos corrieron para ponerse a salvo, nadie entendía el motivo de tal manifestación geológica, aunque todos sabían que en el fondo eran culpables, el problema era el sobrepeso que habían dejado depositado en su hábitat, que la única ley que siempre se cumple a rajatabla es la de la gravedad. Si depositamos  sobre una superficie que reposa en un lecho liquido,  más peso del que puede soportar, llega Arquímedes y lo hunde, entiéndaseme su teorema, al  desalojar el agua proporcional a su masa y peso.

Aunque no lo dicen las fuentes,  la mitad de ellos huyeron llevándose sus riquezas, que nadie deja su dinero cuando el barco, entiendase isla, continente, ínsula, península o archipiélago, se hunde, ¿hacia donde fueron?, otra vez la incógnita, es lo único que siempre acompaña al ser humano. ¿Quiénes somos, de donde venimos, a donde vamos?

Platón nos dice que fue en un día y una noche, pero no indica las causas, ni supervivientes, es lógico pensar que en tan dilatado periodo de inmersión terrenal se salvaran casi todos. ¿Pero a donde irían?, tampoco lo dice………………….

Hoy pensando en la ducha, que es el mejor sitio para pensar,  ya que te puedes tocar todo sin que nadie te vea y da igual donde repose tu torrente sanguíneo, lo he descubierto: se vinieron a Europa, entonces un continente virgen, lleno de salvajes desde su punto de vista y donde podrían prosperar y gobernar sin temor a hundimientos dadas sus proporciones. Así vinieran de donde vinieran, unos que de Asia, otros que del estrecho, otros que de Japón, el hecho es que se instalaron allí, es decir aquí,  y siguieron con su modo de vida.

Y su modo de vida nos ha llevado a que lo que Platón nos contó un día,  fabulando con su discípulo, Aristóteles, se haga de nuevo realidad. Europa se hunde, y la culpa de todo la vuelve a tener la ley de la gravedad, la que siempre se cumple.

Ningún territorio puede soportar la presión de tantos chorizos, ladrones, especuladores, desalmados, estos últimos a priori al no tener alma deberían pesar menos, pero su falta de alma se supera con su ambición que puede contener millones de almas que lleva arrasadas fruto de su actitud.

Por eso hermanos Atlantes, marica el último y el que no vaya todos los días a la piscina lo tiene crudo, por algo llevo yo entrenando meses y meses.

Posdata: No comáis nada antes de la inmersión, recordad dos horas para hacer la digestión, esto último es una obviedad dadas las tragaderas que tenéis casi todos. Esta tarde de Neptuno a Sol a las 7,30 dan salvavidas, aunque algunos seguro que merced a los sindicatos estarán pinchados. Espero veros por si toca la flauta de Fausto, si el ángel que se pondrá en pie y con su trompeta anunciara el juicio final.

No hay comentarios:

Publicar un comentario