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martes, 28 de febrero de 2012

Hoy es un día obscuro, (me gusta con “b” es como aspirar la  obscuridad, que al parecer a nadie aterra). Vengo con mi pipa echando humo como un tren de cercanías que ya no sirve para recorridos largos y le han colocado en una vía muerta,  con el fin de desplazar cuerpos prácticamente ya sin ideales, sin fuerza, sin vida. Y pienso, ¡Ay el mayor de mis males! Y pienso que voy al trabajo, y pienso en los egipcios que todas las mañanas al alba, yo antes del alba con el cambio horario, se incorporaban a sus bloques de piedra, a sus cinceles, a sus maromas, a sus bueyes, a tirar de la piedra q por métodos que hoy, casi tres mil años después, aun no se nos alcanzan como elevaban hilera, tras hilera, hasta llegar a la cúspide del poder que ellos mismos aceptaban.

¿Eran súbditos, más que esclavos?, por mucho que la historiográfica nos cuente lo que eran. Ellos no tenían más remedio que llevar a cabo ese pesado trabajo si querían comer unas gachas, unas tortas y algo de fruta, que el vino, como la cerveza, era escaso, solo para rituales, es decir faraones y sacerdotes.

Y yo me siento como uno de ellos, no levanto piedras, levanto papel, montañas de papel, que cambio de sitio,  que envío con frenesí de un departamento a otro esperando la respuesta consiguiente, que tendrá su respuesta subsiguiente.  Ya no como gachas, si tortas y frutas, amen de algo de carne y pescado, con una cena frugal de fruta. Pero creo que la sensación es la misma, no tengo derechos, al igual que ellos no los tenían. Tenían que realizar aquel trabajo con el fin de estar ocupados en algo, para no crear conflictividad social y para que el faraón tuviera a bien abrir sus graneros y darles materia prima de gachas y tortas, que entre una cosecha y otra corrían unos meses en los que la falta de comida hubiera acabo con ellos.

A nosotros nos amenazan con el paro, que es el baldío entre cosecha y cosecha, con un paro ahora con la inminencia de realización de trabajo social a cambio del estipendio mensual. Y como la vida se imita así misma me veo despedido de mi trabajo, (al parecer 8 laborales fijos de Gedesma lo han sido), pasando al paro y después realizando el mismo trabajo que hago ahora pero con emonumentos menores de los actuales. Es la cuadratura del círculo, el despido de personal de servicios sociales para luego emplearlos en servicios sociales compensatorios de la remuneración del INEM y a más bajo precio.

Maquiavelo no ha muerto, le habla a alguien pero a alguien sordo, mudo y ciego, como los tres monos que mi abuela Olvido tenía encima de la cómoda, ellos al menos cada uno conservaba dos sentidos, los monos de ahora por una multiplicación de brazos “desoxiribonucleica” se tapan todos los orificios y están al margen de todo.

Ya no se les llama súbditos, ni esclavos, se les llama trabajadores.




Posdata: Hay empleados de las pirámides, como los de Sanidad a los que les han dejado la jornada como estaba, al margen del resto de empleados públicos, en 35 horas, no nos engañemos, esperan que la sanidad se colapse más si cabe y el resto de súbditos-esclavos tenga que acudir a la sanidad privada. Maquiavelo no ha muerto y nadie sabe sacar consejos útiles de sus enseñanzas, solo rescribirlas.

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