Pensé que las
cataratas eran otra cosa, nunca se me ocurrió pensar que una cortina de agua
explicara el paso del tiempo.
Nunca pensé que
el componente de un paisaje idílico nos velara la luz. Pero es que yo casi
nunca pensé, en el amplio y en él escueto sentido de la palabra.
Mi vida era
romper, romper con mis puños, romper con mi cuerpo, romper con mis costillas,
con mi abdomen, todos los golpes que entre las doce recibía.
Tengo los dedos
rotos y soldados, las muñecas no me sirven ni para sujetar el mando a
distancia, tengo que coger el vaso con las dos manos, como haciendo una ofrenda
de sumo sacerdote a la vida, ¿pero que vida?, golpes, golpes y más golpes.
Tengo cataratas
hasta en el cerebro, ¡es bueno esto de las cataratas!, nublan la visión, nublan
la mente, siempre me lo decían tienes buena genética, hasta para eso sirve la
buena genética, para dejar de recordar, para dejar de ver, que el tiempo es un
cabrón y mejor es olvidarlo.
Me siento siempre
en el mismo banco, frente al lago, cataratas sobre agua, bonito nombre para un
cuadro, pienso, si últimamente pienso entre catarata y catarata, antes solo
cataratas de golpes, ahora agua que limpia, de vez en cuando, y de 10 a 12, mi
cerebro, cuando me siento en el banco.
A mi lado un
colega, no por profesión, si por edad. Compartimos cataratas, compartimos
lapsus mentales que nos hacen mirarnos como si no nos conociéramos, cuando ya
llevamos un año, ¿o es un mes?, sentándonos en el banco y contando nuestra
vida.
A nuestra manera
somos colegas, los dos hemos recibido los mismos golpes, el más anímicos que físicos,
pero tiene, como yo las manos inservibles, él lo llama artrosis, y las muñecas rígidas,
dice que la reuma, convirtiéndose también en sumo sacerdote para su uso.
-Hasta mañana
Campeón, me responde………
-Aspirante, solo
aspirante le repito como un mantra.
-Para eso hemos
quedado amigo, contraataca, para aspirantes a la muerte, le oigo decir en la lejanía.
Y me imagino
ambos en un ring, entre doce cuerdas, el sin guantes, yo con ellos, y como si
tuviera, de nuevo las cejas partidas, una cascada de agua me nubla la vista, el
color rojo me gustaba más.
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