¿Y si una mañana?, como todas: fría, caliente, soleada, lluviosa, ventosa, calma, es decir como todas en todas partes del mundo, que las partes hacen el todo y el todo para nosotros es el mundo.
Como decíamos, ¿y si una mañana como todas, ellos, si, los de siempre, se levantaran en un campo de refugiados en el sahell, o en Irak, o en Siria, o en Somalia, o en Filipinas, o por qué no, en Haití?
Se despertaran sobresaltados, pensando que viven una pesadilla, al ver a su alrededor, mierda, enfermedad, podredumbre, violaciones, mafias que confiscan la ayuda humanitaria, que a cuenta gotas, ellos mandaban, sin saber a donde la mandan y engordando sus cuentas con las comisiones por ello cobradas.
Y si los Rajoy, los Ratos, los Gallardon, las Esperanzas, pero también los Obama, los Netanyaju, los Putin, los Merkel, los Holland, los Aznar, los Durao Barroso, pero también los Rubalcaba, las Sorayas, los Gonzalez, y si todos ellos, como en un juego de magia ideado por un Merlín cibernético, desde su moderna Avalón, pudiera con un solo giro de varita mandar a todos ellos, junto con los Más, los Ferrusola, los Puyoll, a esa parte del mundo que desprecian y que creen que no existe, despojados de su dinero, de su poder, de sus prerrogativas…………. ¿Cambiaría algo?
Quizás, momentáneamente, si, los niños y los hombres somalíes, sirios, iraquíes, filipinos, tuareg, y hasta filipinos y haitianos correrían por los casas y palacios que hubieran ocupado en este intercambio mágico-imaginativo…………………………………………………….. pero desgraciadamente, con el tiempo, todo volvería a ser igual, hubiéramos hecho justicia, pero momentánea, como lo que dura una vida, como lo que dura un sueño, como lo que dura el amor eterno.
Es la naturaleza humana, solo dominada por la naturaleza en mayúsculas, que sigue arrasando a esta raza que un día, como una plaga, se extendió y amenaza con arrasar el planeta.
La naturaleza se defiende, pero sin razón, ni justicia, arrasa a la especie que la ataca, le da igual su ideología, su poder económico, sus sentimientos, sus creencias, solo quiere erradicarnos. Ya tiene algo en común con “ellos”, los que soñé que en un sueño podría destruir, junto con sus sueños de poder e injusticia.
Mientras, todo sigue igual, es una mañana como todas, ni fría, ni caliente, ni soleada, ni nublada, con una calma ficticia que no presagia nada bueno, en este planeta hostil, tanto por población como por disposición, como por naturaleza.
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